Acuerdo de mínimos en el Congo
Las guerrillas en Centroáfrica acuerdan cesar la violencia pero rechazan el desarme
24/07/2014 - A. Acosta
La presidenta del país defiende que se trata de un "primer paso" antes de la reconciliación tras ocho meses de violencia entre Seleka y anti-Balaka.
Ambos grupos sufren divisiones internas, por eso hay reservas sobre la efectividad del acercamiento.
La República Centroafricana ha abierto una ventana hacia la paz. Los dos grupos enfrentados desde hace ocho meses, Séléka y anti-Balaka han llegado a un acuerdo de cese inmediato de hostilidades.
La comunidad internacional se mantiene prudente y todavía no se atreve a pronunciarse. Quieren ver la acogida, y recorrido que puede tener sobre el terreno, un pacto de mínimos al que han llegado tras la convocatoria del “Foro para la Reconciliación Nacional y el diálogo político” en la capital del Congo, Brazaville.
El texto del acuerdo no se ha hecho público aunque se han filtrado alguno de sus nueve puntos. Así, ambas guerrillas se comprometen a no cometer crímenes como las ejecuciones sumarias, torturas y el incendio de ciudades y permitir en un máximo de 45 días que sean las fuerzas del Estado las que tomen el control total del territorio.
Desde que la guerrilla de tinte islamista, Seleka, diera un golpe de Estado en marzo de 2013, la violencia no ha cesado en este país que es uno de los más pobres del mundo. Tras los pillajes, violaciones y asesinatos de Seleka, en diciembre intervinieron bajo mandato de la ONU, fuerzas francesas que se han visto impotentes a la hora de restablecer el orden. Actualmente hay desplegados 5.800 hombre de la Unión Africana y 2.000 galas, además se ha establecido un gobierno de transición pero el número de refugiados se multiplica.
El papel de los Anti-Balaka ha complicado todavía mal la escena. A menudo se les identifica erróneamente como milicias cristianas por haberse erigido en “vengadores” que persiguen a los Seleka y a la minoría musulmana del país. “No son una milicia cristiana, todos los sufrimos”, aseguraba hace unos meses el arzobispo de Bangui, Dieudonné Nzapalainga, sobre los anti-Balaka que cuentan en sus filas con numerosos antiguos miembros de las Faca o Fuerzas Armadas Centroafricanas destituidas tras el golpe de Estado de los Seleka.
El acuerdo no contempla el desarme
Los observadores internacionales mantienen sus reservas por varios motivos. Primero, por las divisiones en el seno de los mismos grupos. Los anti-Balaka son un movimiento sin organización centralizada. Francisco Soriano, el comandante de las tropas francesas enviadas al país, los ha llegado a describir como “una nebulosa a la que es imposible atribuirle un líder. Nadie sabe nada”.
Con respecto a los Séléka no se puede decir nada mejor. Son una guerrilla de al menos cinco facciones divididas entre ellas. Además, el acuerdo no contempla el desarme de los grupos, ni su desmovilización, ni tampoco se ha establecido una “hoja de ruta” de cara a un proceso de normalización política”.
"El viaje más largo comienza con el primer paso [...] Brazzaville es el primer paso antes de establecer un diálogo nacional. Antes de todo, se trata del cese de las hostilidades", ha defendido la presidenta del Gobierno de transición, Catherine Samba Panza.
Es un primer paso, una esperanza… los próximos días serán decisivos para determinar si se materializa ese cese inmediato de hostilidades.
http://www.teinteresa.es/dinero/guerrillas-Centroafrica-acuerdan-violencia-rechazan_0_1180683429.html
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