Los Poderes Reales Detrás Del Orden Mundial (II)
Miércoles, 04 Marzo 2015 11:59
Escrito por Alfonso Elizondo
El único proyecto de ‘los dueños del dinero’ siempre ha sido el de convertir al mundo entero en su feudo privado. Con la creación de la ‘Gran América’ constituyeron la base fundamental del poder geopolítico, pero el problema era de como gobernar su feudo, para lo que se requería tener el control absoluto de la población mundial. Por lo que experimentaron con las ideas de Marx, Engels, Trotsky y Lenin. Al debilitarse el régimen zarista a principios del siglo 20, Rusia había puesto en práctica algunas reformas socialistas muy importantes y al estar debilitado tras la Primera Guerra planeó una segunda revolución comunista, a pesar de que existía el peligro de que esta segunda revolución condujera a una forma democrática de socialismo que no era acorde con las idea de los grandes multimillonarios que emitían todo el dinero del mundo.
Fue entonces que los amos del dinero consideraron que Lenin y Trotsky eran los líderes autocráticos que más les convenían, por lo que llevaron a ambos a San Petersburgo para crear la fracción ‘bolchevique’, desdeñando a las facciones revolucionarias. Luego financiaron a la Unión Soviética e iniciaron un experimento con un régimen autocrático de valores colectivos. Además vieron una segunda oportunidad de experimentar con las ideas de Adolfo Hitler, quien había sido arrestado el año de 1923 en Munich, de modo que lo liberaron y lo instalaron en una cárcel donde desarrolló su ‘Mein Kampf’ en el que proponía esclavizar a los eslavos y elaboraba ideas alrededor de un nacionalismo expansionista, eugenesia, genocidio y métodos bárbaros para controlar la población.
Los ‘dueños del dinero’ pensaban que si Hitler alcanzaba el poder político en Alemania experimentaría con un modelo autocrático donde sus ideas expansionistas y su odio al comunismo crearían los medios adecuados para llevar a cabo otro de sus proyectos geopolíticos: una Segunda Gran Guerra; además Hitler seducía también a las altas élites alemanas que veían en él la posibilidad de restaurar a Alemania. El hecho real fue que los grandes millonarios de Estados Unidos le ayudaron para entrar al más alto poder político en Alemania, a pesar de que odiaba a los Rothschild por ser judíos. Pero eso no impidió el cruento y peligroso experimento con los nazis.
Después de estos experimentos con comunistas y con nazis, los dueños del dinero planearon enfrentar entre ellas a las grandes potencias, aunque en esta ocasión los Estados Unidos si iban a participar en la guerra. De tal forma que desde su propia base territorial ayudaron a organizar el rearme de Alemania y el ascenso rápido de Japón, sin dejar de apoyar al desarrollo bélico de la Unión Soviética. Luego Estados Unidos se colocó en una posición bélica neutral, mientras Japón luchaba contra China y Alemania contra la Unión Soviética.
Los Estados Unidos esperaron un buen tiempo antes de entrar en la guerra y provocaron a Japón sin hacer intento alguno por defenderse en Pearl Harbor, a pesar de que el presidente Rossevelt conocía la hora precisa del ataque. Y aunque el pueblo norteamericano no quería entrar en la guerra, en un momento dado cambió todo y los Estados Unidos hicieron su guerra de acuerdo a sus previos planes para lograr el dominio global.
Al finalizar la Segunda Gran Guerra, los Estados Unidos ya contaban con el 40% de la riqueza y de la industria total del Planeta, dominaban todos los mares, tenían bases militares en todo el mundo y poseían el monopolio de las armas nucleares. De acuerdo a los planes de ‘los dioses del dinero’ todas las grandes potencias estaban casi destruidas y ahogadas en deudas de acuerdo a sus planes previstos, por lo que decidieron formular un nuevo orden mundial de ‘postguerra’.
Fue en el año de 1944 que los Estados Unidos convocaron a una conferencia internacional en Bretton Woods, donde se establecieron nuevas instituciones globales que duran hasta el presente, como la ONU, el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial, bajo el pretexto de establecer un régimen de paz y bienestar en el mundo. Con el fin de la guerra desapareció el experimento nazi, pero sobrevivió la Unión Soviética como una importante potencia bélica. Aunque los soviéticos deseaban convivir en paz con sus recientes aliados norteamericanos, a pesar de sus diferencias ideológicas, esa situación no fue aceptada por ‘los dioses del dinero’, quienes continuaron con su proyecto de tener un feudo global privado.
Fue entonces que los Estados Unidos y la Gran Bretaña inventaron el mito de la ‘amenaza comunista’ y proclamaron la Guerra Fría, cuyo propósito real era la contención de rusos y chinos para que no participaran del auge económico de la postguerra, a la vez que evitar el camino socialista en Corea y en Vietnam. Creaban una excusa perfecta para que Estados Unidos expandiera sus ejércitos y sus flotas transnacionales por todas las regiones del mundo.
En el mundo de la ‘postguerra’ había la idea de que la democracia iba en aumento y de que los gobiernos eran más sensibles a las necesidades y los deseos de la gente. Los valores de la Ilustración, de la libertad personal y los derechos de los ciudadanos fueron consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU y surgió una nueva ‘edad de oro’ de la democracia. Los ‘dueños del dinero’ sedujeron al mundo Occidental mientras la Carta de la ONU garantizaba el principio de la soberanía nacional y ningún país – con excepción de Francia (Charles de Gaulle) – se daba cuenta de que no puede existir soberanía si alguna institución o nación tiene que garantizarla. Bajo el sistema financiero maravilloso de la Reserva de los Estados Unidos emitiendo y prestando dinero a todo el mundo continuó el dominio y el liderazgo de los Estados Unidos.
El modelo de Bretton Woods funcionó desde 1944 hasta 1971. El dólar dependía del oro y con otras monedas vinculadas generaba una perfecta estabilidad financiera. De modo que continuó el crecimiento, la prosperidad y aumentaron los niveles de vida. Pero el fracaso de la guerra de Vietnam hizo que la economía estadounidense empezase a fallar y en 1971 el presidente Nixon quitó el patrón oro. Aunque en un principio no se produjo un daño grave, ya se había eliminado el pilar principal de la estabilidad financiera. Ahora mismo solo un pequeño porcentaje de las transacciones de divisas está apoyado en la economía real, mientras la gran mayoría es especulación sin control alguno.
En el año de 1980 los ‘dioses del dinero’ lograron que Reagan y Thatcher fueran presidentes respectivos de los Estados Unidos y de Gran Bretaña, mientras el ‘mass media’ de Occidente promovió una campaña para reintroducir la fracasada doctrina de ‘laissez – faire’ basada en un análisis económico erróneo elaborado por la Chicago School of Economics de Milton Friedman, quién llegó a la hipótesis absurda de que la reducción de impuestos y de regulaciones corporativas generaría una economía más fuerte donde los beneficios serían para todos, incluso para los presupuestos del Gobierno.
Decía Reagan que había de ‘quitarse el gobierno de nuestras espaldas’, mientras proclamaba que ‘el gobierno no es la solución, sino el problema’. Al reducirse los impuestos y las regulaciones, las nuevas políticas económicas propiciaron que las grandes empresas trasnacionales trasladaran sus operaciones a países con bajos salarios. Con lo que se condujo a la desindustrialización de América y de Gran Bretaña.
Adenda: En los próximos artículos analizaremos los procesos de control geopolítico, económico y financiero que han realizado los ‘dueños del dinero global’ en las últimas tres décadas.
http://www.sesgo.org/index.php/laterceracultura-30/articulos/686-los-poderes-reales-detras-del-orden-mundial-ii
El único proyecto de ‘los dueños del dinero’ siempre ha sido el de convertir al mundo entero en su feudo privado. Con la creación de la ‘Gran América’ constituyeron la base fundamental del poder geopolítico, pero el problema era de como gobernar su feudo, para lo que se requería tener el control absoluto de la población mundial. Por lo que experimentaron con las ideas de Marx, Engels, Trotsky y Lenin. Al debilitarse el régimen zarista a principios del siglo 20, Rusia había puesto en práctica algunas reformas socialistas muy importantes y al estar debilitado tras la Primera Guerra planeó una segunda revolución comunista, a pesar de que existía el peligro de que esta segunda revolución condujera a una forma democrática de socialismo que no era acorde con las idea de los grandes multimillonarios que emitían todo el dinero del mundo.
Fue entonces que los amos del dinero consideraron que Lenin y Trotsky eran los líderes autocráticos que más les convenían, por lo que llevaron a ambos a San Petersburgo para crear la fracción ‘bolchevique’, desdeñando a las facciones revolucionarias. Luego financiaron a la Unión Soviética e iniciaron un experimento con un régimen autocrático de valores colectivos. Además vieron una segunda oportunidad de experimentar con las ideas de Adolfo Hitler, quien había sido arrestado el año de 1923 en Munich, de modo que lo liberaron y lo instalaron en una cárcel donde desarrolló su ‘Mein Kampf’ en el que proponía esclavizar a los eslavos y elaboraba ideas alrededor de un nacionalismo expansionista, eugenesia, genocidio y métodos bárbaros para controlar la población.
Los ‘dueños del dinero’ pensaban que si Hitler alcanzaba el poder político en Alemania experimentaría con un modelo autocrático donde sus ideas expansionistas y su odio al comunismo crearían los medios adecuados para llevar a cabo otro de sus proyectos geopolíticos: una Segunda Gran Guerra; además Hitler seducía también a las altas élites alemanas que veían en él la posibilidad de restaurar a Alemania. El hecho real fue que los grandes millonarios de Estados Unidos le ayudaron para entrar al más alto poder político en Alemania, a pesar de que odiaba a los Rothschild por ser judíos. Pero eso no impidió el cruento y peligroso experimento con los nazis.
Después de estos experimentos con comunistas y con nazis, los dueños del dinero planearon enfrentar entre ellas a las grandes potencias, aunque en esta ocasión los Estados Unidos si iban a participar en la guerra. De tal forma que desde su propia base territorial ayudaron a organizar el rearme de Alemania y el ascenso rápido de Japón, sin dejar de apoyar al desarrollo bélico de la Unión Soviética. Luego Estados Unidos se colocó en una posición bélica neutral, mientras Japón luchaba contra China y Alemania contra la Unión Soviética.
Los Estados Unidos esperaron un buen tiempo antes de entrar en la guerra y provocaron a Japón sin hacer intento alguno por defenderse en Pearl Harbor, a pesar de que el presidente Rossevelt conocía la hora precisa del ataque. Y aunque el pueblo norteamericano no quería entrar en la guerra, en un momento dado cambió todo y los Estados Unidos hicieron su guerra de acuerdo a sus previos planes para lograr el dominio global.
Al finalizar la Segunda Gran Guerra, los Estados Unidos ya contaban con el 40% de la riqueza y de la industria total del Planeta, dominaban todos los mares, tenían bases militares en todo el mundo y poseían el monopolio de las armas nucleares. De acuerdo a los planes de ‘los dioses del dinero’ todas las grandes potencias estaban casi destruidas y ahogadas en deudas de acuerdo a sus planes previstos, por lo que decidieron formular un nuevo orden mundial de ‘postguerra’.
Fue en el año de 1944 que los Estados Unidos convocaron a una conferencia internacional en Bretton Woods, donde se establecieron nuevas instituciones globales que duran hasta el presente, como la ONU, el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial, bajo el pretexto de establecer un régimen de paz y bienestar en el mundo. Con el fin de la guerra desapareció el experimento nazi, pero sobrevivió la Unión Soviética como una importante potencia bélica. Aunque los soviéticos deseaban convivir en paz con sus recientes aliados norteamericanos, a pesar de sus diferencias ideológicas, esa situación no fue aceptada por ‘los dioses del dinero’, quienes continuaron con su proyecto de tener un feudo global privado.
Fue entonces que los Estados Unidos y la Gran Bretaña inventaron el mito de la ‘amenaza comunista’ y proclamaron la Guerra Fría, cuyo propósito real era la contención de rusos y chinos para que no participaran del auge económico de la postguerra, a la vez que evitar el camino socialista en Corea y en Vietnam. Creaban una excusa perfecta para que Estados Unidos expandiera sus ejércitos y sus flotas transnacionales por todas las regiones del mundo.
En el mundo de la ‘postguerra’ había la idea de que la democracia iba en aumento y de que los gobiernos eran más sensibles a las necesidades y los deseos de la gente. Los valores de la Ilustración, de la libertad personal y los derechos de los ciudadanos fueron consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU y surgió una nueva ‘edad de oro’ de la democracia. Los ‘dueños del dinero’ sedujeron al mundo Occidental mientras la Carta de la ONU garantizaba el principio de la soberanía nacional y ningún país – con excepción de Francia (Charles de Gaulle) – se daba cuenta de que no puede existir soberanía si alguna institución o nación tiene que garantizarla. Bajo el sistema financiero maravilloso de la Reserva de los Estados Unidos emitiendo y prestando dinero a todo el mundo continuó el dominio y el liderazgo de los Estados Unidos.
El modelo de Bretton Woods funcionó desde 1944 hasta 1971. El dólar dependía del oro y con otras monedas vinculadas generaba una perfecta estabilidad financiera. De modo que continuó el crecimiento, la prosperidad y aumentaron los niveles de vida. Pero el fracaso de la guerra de Vietnam hizo que la economía estadounidense empezase a fallar y en 1971 el presidente Nixon quitó el patrón oro. Aunque en un principio no se produjo un daño grave, ya se había eliminado el pilar principal de la estabilidad financiera. Ahora mismo solo un pequeño porcentaje de las transacciones de divisas está apoyado en la economía real, mientras la gran mayoría es especulación sin control alguno.
En el año de 1980 los ‘dioses del dinero’ lograron que Reagan y Thatcher fueran presidentes respectivos de los Estados Unidos y de Gran Bretaña, mientras el ‘mass media’ de Occidente promovió una campaña para reintroducir la fracasada doctrina de ‘laissez – faire’ basada en un análisis económico erróneo elaborado por la Chicago School of Economics de Milton Friedman, quién llegó a la hipótesis absurda de que la reducción de impuestos y de regulaciones corporativas generaría una economía más fuerte donde los beneficios serían para todos, incluso para los presupuestos del Gobierno.
Decía Reagan que había de ‘quitarse el gobierno de nuestras espaldas’, mientras proclamaba que ‘el gobierno no es la solución, sino el problema’. Al reducirse los impuestos y las regulaciones, las nuevas políticas económicas propiciaron que las grandes empresas trasnacionales trasladaran sus operaciones a países con bajos salarios. Con lo que se condujo a la desindustrialización de América y de Gran Bretaña.
Adenda: En los próximos artículos analizaremos los procesos de control geopolítico, económico y financiero que han realizado los ‘dueños del dinero global’ en las últimas tres décadas.
http://www.sesgo.org/index.php/laterceracultura-30/articulos/686-los-poderes-reales-detras-del-orden-mundial-ii
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