Se cumplen 80 años de "La noche de los cristales rotos"

Las acciones que tuvieron lugar el 9 de noviembre de 1938 en Alemania y que dieron inicio a lo que luego fue el Holocausto Nazi, se conoce como "La noche de los cristales rotos", conozcamos en este extracto del Libro El Tercer Reich en el poder, de Richard, J. Evans , qué fue lo que ocurrió:
La tarde del 9 de noviembre, mientras los dirigentes del partido estaban haciendo su entrada al salón principal del ayuntamiento de Munich, Hitler fue informado por su médico personal, Karl Brandt, a quien había mandado a París a atender a Vom Rath, de que el funcionario de embajada había fallecido a las cinco y media de la tarde a causa de las heridas provocadas por Herschel Grynszpan, un judío polaco. Así, la noticia no le llegó sólo a él, sino también a Goebbels y al Ministerio de Exteriores a última hora de la tarde del 9 de noviembre. Hitler dio inmediatamente instrucciones a Goebbels para un ataque masivo y coordinado a los judíos alemanes, junto a la detención de tantos judíos varones como fuera posible y su encarcelamiento en campos de concentración.

Era la ocasión ideal para intimidar a tantos judíos como fuera posible para que dejaran Alemania, por medio de una terrorífica explosión de violencia y destrucción a escala nacional. La muerte de Vom Rath proporcionaba también la justificación propagandística para la expropiación final y total de los judíos alemanes y su absoluta segregación del resto de la economía, la sociedad y la cultura. Tras tomar estas decisiones, Hitler acordó con Goebbels simular ante los seguidores del partido que éstas obedecían a una reacción impulsiva al asesinato de Vom Rath, tomadas en un estado de choque y rabia.
Concluida la cena en el ayuntamiento, donde podían ser observados por muchos de los participantes, un mensajero se aproximó a Hitler y Goebbels hacia las nueve de la noche para anunciarles lo que de hecho ya sabían desde última hora de la tarde, es decir, que Vom Rath había fallecido a causa de las heridas. Tras una breve e intensa conversación, Hitler partió para su apartamento más pronto de lo acostumbrado. Hacia las diez de la noche, Goebbels habló a los jefes regionales anunciándoles que Vom Rath había muerto. Un informe posterior de la máxima autoridad disciplinaria del partido reanudó la historia en este punto:
“La noche del 9 de noviembre de 1938 el jefe de propaganda del Reich, el camarada Dr. Goebbels, informó a los dirigentes del partido que se habían reunido en el viejo ayuntamiento de Munich para celebrar una velada de camaradería de que se habían registrado manifestaciones contra los judíos en las regiones de Hesse y Magdeburg-Anhalt, en el curso de las cuales se habían destruido comercios judíos e incendiado sinagogas. Al escuchar su informe, el Führer decidió que tales manifestaciones no debían ser preparadas ni organizadas por el partido, pero que no había que obstaculizarlas si se llevaban a cabo de forma espontánea. Los dirigentes del partido presentes comprendieron que las instrucciones verbales del jefe de propaganda del Reich eran que el partido no debía aparecer públicamente como organizador de las manifestaciones, pero que en realidad las debía organizar y llevar a cabo. La mayoría de camaradas presentes transmitieron inmediatamente las instrucciones por teléfono (Es decir, un buen rato antes del envío del primer telegrama) a sus oficinas regionales.”
En los cuarteles regionales del partido, los funcionarios al mando telefonearon a los comandantes de los camisas pardas y activistas del partido en las diversas localidades, transmitiendo a través de la cadena de mando la orden de quemar sinagogas y acabar con los comercios, casas y apartamentos judíos. Cuando Hitler y Himmler se encontraron en los aposentos de Hitler poco antes del tradicional juramento de medianoche de los reclutas de las SS, hablaron brevemente del pogromo. Después de la reunión, a cinco minutos de la medianoche, se distribuyó otra orden por télex, esta vez más formal. Era de Heinrich Müller, subordinado de Himmler y jefe de la Gestapo, y transmitía a los comandantes de policía de todo el país, la orden personal de Hitler, también registrada por Goebbels en su diario privado al día siguiente, de detener a grandes números de judíos alemanes:
“Muy pronto se llevarán a cabo acciones contra judíos, especialmente contra sus sinagogas, en toda Alemania. No deben ser interrumpidas. Sin embargo, se deben tomar medidas en cooperación con la Policía de Orden para prevenir saqueos y otros excesos. En todo el Reich hay que detener a entre 20.000 y 30.000 judíos. Se debe escoger, sobre todo, a judíos con propiedades.”

Otro télex enviado por Heydrich a la 1:20 de la madrugada ordenaba a la policía y al Servicio de Seguridad de las SS no interponerse en la destrucción de propiedades judías ni evitar las acciones violentas contra judíos alemanes; también advertía de que no se permitiera el pillaje, no se tocara a los ciudadanos extranjeros aunque fueran judíos y se tomaran medidas para proteger los locales alemanes adyacentes a comercios judíos y sinagogas. Había que detener a tantos judíos como cupieran en los campos. A las 2:56 de la madrugada, un tercer télex, distribuido a instancias de Hitler desde las oficinas de su lugarteniente, Rudolf Hess, insistía en este último punto y añadía que se había ordenado “desde el más alto nivel” no incendiar tiendas judías a causa del potencial peligro para los locales alemanes colindantes. Para entonces, el pogromo estaba en pleno apogeo. Las órdenes iniciales comunicadas por teléfono desde Munich a los funcionarios de las oficinas regionales fueron repetidas por toda la cadena de mando. Un ejemplo típico fue el del jefe de las SA de la Marca Norte, Joachim Mayer-Quade, que se encontraba en Munich esa noche; escuchó el discurso de Goebbels y telefoneó a su jefe de gabinete en Kiel a las 23:30. Le dijo:
“Un judío ha disparado un tiro. Un diplomático alemán ha muerto. En Friedrichstadt, Kiel, Lübeck y en todas partes hay templos completamente superfluos. Esta gente todavía tiene tiendas entre nosotros. Ambos son superfluos. No debe haber saqueos. No debe haber maltratos. Los judíos extranjeros no se deben tocar. La acción se tiene que llevar a cabo de paisano y debe terminar a las cinco de la madrugada.”
Mayer-Quade había entendido el mensaje de Goebbels. Sus subordinados no tuvieron dificultades en comprender el significado. Ni los que recibieron órdenes parecidas en otros puntos. En toda Alemania, camisas pardas y activistas del partido se encontraban todavía celebrando el putsch de 1923 en sus cuarteles generales cuando llegaron las órdenes; muchos estaban borrachos y no precisamente inclinados a tomar seriamente las advertencias sobre pillaje y violencia personal. Bandas de camisas pardas salieron resueltamente de sus casas y cuarteles, la mayoría vestidos de paisano y armados con tanques de gasolina, y se dirigieron a las sinagogas más cercanas. Pronto estaban en llamas prácticamente todas las casas judías de oración y culto que quedaban en el país. Alertados por los camisas pardas, los policías y bomberos locales no hicieron nada salvo proteger los edificios adyacentes. Agentes socialdemócratas estimaron posteriormente que se habían destruido 520 sinagogas en esta orgía de violencia, pero es probable que su información fuera incompleta, y la cifra real fuera de más de un millar. Después del 10 de noviembre de 1938 los judíos que quedaban en Alemania se vieron prácticamente imposibilitados de cumplir con normalidad sus actos religiosos de culto público.
Junto a las sinagogas, los camisas pardas y los hombres de las SS también atacaron comercios y locales judíos. Rompieron los escaparates, dejando el pavimento cubierto por una gruesa capa de cristales rotos. Con su característico sentido del humor agrio, irónico y lleno de sobreentendidos, la gente de Berlín empezó pronto a referirse a la noche del 9 al 10 de noviembre como «Kristallnacht» o Noche de los Cristales Rotos. Pero los camisas pardas hicieron más que romper escaparates; en todas partes, irrumpieron en los locales judíos, destruyeron lo que contenían y saquearon cuanto pudieron".
Fuente: El Tercer Reich en el Poder por Richard J. Evans
https://www.panorama.com.ve/experienciapanorama/Se-cumplen-80-anos-de-La-noche-de-los-cristales-rotos-20181109-0042.html
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